Nuestro querido hermano Juan Ponce de Lelis ha vuelto a la casa del Señor. Estamos seguros de que una persona con su calidad humana y espiritual tiene un lugar de honor al lado del Padre. Sin embargo, esto no disminuye la tristeza que sentimos las Damas y Caballeros de la Orden, ya que era un ser humano muy especial que se ganó un lugar importante en nuestros corazones. Os pedimos a todos que lo tengáis presente en vuestras oraciones.
Gracias por todo, hermano. No tenemos duda alguna de que seguirás velando por todos nosotros desde el cielo.
Aquí honramos a aquellos Caballeros y Damas caídos que han pasado humildemente a las manos de nuestro Salvador. Siempre son recordados, porque al recordarlos siempre están con nosotros en Espíritu, y sus ideales serán mantenidos por aquellos de nosotros que permanezcamos, hasta que cada uno de nosotros en Su tiempo sea llamado a estar ante Él, y juntos, sirvamos una vez más.
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